Informe Especial: ¿Y qué pasa en Tierra del Fuego con el colectivo trans?

El proyecto presentado por la concejal de FORJA, Verónica González, no tiene como objetivo sobredimensionar el Estado municipal ya que el ingreso sería en un porcentaje que representa únicamente 7 plazas, que deberán ocuparse si se genera una vacante a cubrir. Es decir, que no se trataría de una incorporación masiva, arbitraria ni inmediata. Los defensores del proyecto argumentan, frente a la postura de algunos concejales contrarios al proyecto, que es "irrazonable que no logren ver la desigualdad de condiciones que existe entre una persona transgénero y una que no lo es y es indignante que se ponga como excusa que el ingreso al Estado se da por idoneidad".

En la página de Facebook que lleva de nombre Cupo-trans RG Tierra del Fuego se puede leer una declaración abierta que responde a los reparos de los concejales que han adelantado el voto negativo al proyecto en discusión: "está a la vista de todos que cualquier proceso de selección ineludiblemente tendrá como filtro las subjetividades de aquellos que seleccionan y que, ante ello, lo más probable es que ciertos prejuicios hagan enormemente difícil que una persona trans acceda a un puesto en el Estado".

"No se puede juzgar como iguales a los que no lo son. El pensamiento jurídico avanzó desde el concepto de igualdad al de equidad, que supone ni más ni menos que nivelar las relaciones entre las personas, de modo de que aquel que se halla en peores condiciones cuente con cierta oportunidad de defender sus pretensiones e intereses ante aquel que tiene más y mejores recursos para hacerlo", señalan.

Al respecto, Ema Bejarano, representante del colectivo trans e impulsora de la asociación De igual a igual RG, expresa que "no nos conocen, no saben con qué personas tratan. No conocen la vida de cada una de nosotras. La argumentación es bastante patriarcal. Si de género estamos hablando nosotras somos doblemente discriminadas, como mujer y como personas trans. El cupo es necesario porque ante ciertas situaciones no tengo la misma igualdad y no soy igual a cualquier otro ciudadano. Es necesario para poder vivir dignamente, para poder pagar una obra social, una cuota de una casa o un terreno, el trabajo es elemental para la vida de una persona".

"Hasta para estudiar es difícil, concurrir a un establecimiento, encontrarte con personas que te pueden hasta agredir. Hay compañeras que han sufrido agresiones verbales y físicas", cuenta Bejarano.

¿Cuál es la situación en Río Grande?

La situación laboral del colectivo trans en esta ciudad "es un espanto, solo un chico trans que trabaja en la administración pública y yo que trabajo en el ámbito privado, pero las demás no tienen trabajo. No consiguen empleo ni de peluquera, porque existe ese recelo de "ay, a ver qué pasa si viene alguna clienta y no le gusta". Yo puedo entender la postura del comerciante, el miedo de contratar una persona trans, por eso se pide que el Estado sea el que dé el puntapié inicial, es el que tiene que promover la iniciativa para que otros sectores la adopten", finaliza Bejarano.