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Presuntos sobrecostos en el IPV: “Los valores de las viviendas los pone Nación”, aclaró el presidente del organismo

El presidente del IPV, Dr. Gustavo Vázquez, fue consultado esta mañana por Radio Nacional Ushuaia sobre la diferencia en el costo de las viviendas construidas por la Cooperativa Casa Base, con el metro cuadrado que paga el IPV a las empresas contratistas por las operatorias nacionales.  

lunes 16 de julio de 2018
Presuntos sobrecostos en el IPV: “Los valores de las viviendas los pone Nación”, aclaró el presidente del organismo

Desde la cooperativa habían dado a conocer que pueden construir viviendas similares a menos de la mitad del valor, que en las licitaciones del IPV ronda los 26 mil pesos por metro cuadrado, mientras la cooperativa fijó un valor de 11.812 pesos.

 

También se había destacado la compra de insumos en la ciudad, con un precio final de 885 mil pesos por vivienda. “Comprando todos los materiales en Ushuaia, contribuyendo al mercado local y cuidando los puestos de trabajo local, el metro cuadrado en Ushuaia era de 11.812 pesos y el IPV pagaba 26 mil pesos por metro cuadrado”, sostuvo Javier Branca, quien reclamó la posibilidad de acceder a los planes de vivienda. “Con sólo 10 casas, hicimos ahorrar al Estado unos 10 millones de pesos”, había afirmado.

 

El presidente del IPV informó que “hace más de un mes esta asociación fue al IPV y puso de manifiesto esta situación. Nosotros les hicimos saber que, si bien es así, ellos trabajan de otra manera, porque no es lo mismo una empresa que un monotributista. Los valores de las viviendas los pone Nación y los programas que estamos manejando desde el IPV son programas nacionales. Además, hay costos financieros, la empresa tiene costos laborales, cargas sociales, y la metodología con que llevó adelante las viviendas esta asociación es totalmente distinta”, aseguró.

 

“A raíz de esto nosotros hicimos una tabla comparativa para explicarles dónde estaba la diferencia y se lo hicimos saber, desmenuzando cada gasto que tiene una empresa grande en la construcción de cien o doscientas viviendas, comparado con una casa hecha con monotributistas y otro método. Estamos comparando peras con manzanas y no se puede llegar al mismo número”, planteó.

 

Admitió que “la diferencia es increíble, si lo dicen así en crudo, pero el impacto no es solamente por el costo laboral sino por el costo financiero. Cuando una empresa certifica obra, no tiene un pago inmediato. Se paga a los 30, los 60 o los 90 días. Esta incidencia no la tiene la cooperativa porque el monotributista hace el trabajo y al otro día le pagan. No es lo mismo con los programas grandes de vivienda”.

 

“Obviamente a uno le llaman la atención los números, pero hay otras cargas que no tienen las empresas chicas y sí las tienen las grandes. Incide la capacidad, la cantidad, el costo financiero y el soporte empresarial de tener una empresa”, subrayó.

 

Reiteró que “es muy difícil comparar peras con manzanas, nosotros hicimos un trabajo técnico con los contadores para desmenuzar cada gasto, y hay muchos gastos en los programas grandes que las empresas chicas no tienen, porque las cooperativas funcionan de otra manera”.

 

De todas maneras, el Dr. Vázquez dio a conocer que el IPV está buscando otras alternativas de contratación, para no frenar las obras, ante la abultada deuda de nación que los obliga a aportar fondos propios para evitar la paralización.

 

“Estamos ideando acercarnos mucho más a lo que puede hacer una cooperativa que lo que podemos hacer con los programas grandes que vienen de Nación. Ante esta situación nacional que hay, con la incertidumbre en muchos aspectos, estamos intentando ser creativos y no solamente bajar los costos sino establecer otros mecanismos para llegar a la vivienda sin tener que ir a nación. Esto puede ser buscando inversores privados, cooperativas o asociaciones, y en eso estamos trabajando”, anunció.

 

Valoró la importancia del “compre fueguino” porque la actividad “derrama a un montón de producciones, y en esto estamos trabajando no solamente en Río Grande sino en Ushuaia. Estamos manteniendo reuniones con diversos desarrolladores inmobiliarios que también están en una situación complicada por todo lo que está pasando. Ellos también están viendo nuevas formas de vender sus productos y una buena forma es asociarse con el Estado”, dijo.

 

No obstante expuso sus reservas sobre la modalidad: “A nivel nacional está la asociación público-privada, y hay una incertidumbre muy grande con el funcionamiento de este tipo de organización. Me ha tocado encontrarme con diversos economistas, he ido a Buenos Aires por cuestiones del IPV y nadie tiene claro cómo es el mecanismo y cómo va a funcionar en la práctica. Una de las primeras reuniones que tuve cuando asumí como presidente del IPVC fue con la Cámara de la Construcción y estuvimos conversando de esto, que suena muy lindo pero no es tan fácil llevarlo a la práctica. Es algo nuevo y todas las partes que integran este mecanismo no están en total conocimiento de lo que le corresponde a cada uno”, explicó.

 

Asimismo, dio cuenta de los trastornos que acarrea al IPV la demora en los pagos de parte del gobierno nacional. “A nosotros nos deben más de 280 millones de pesos entre certificaciones básicas y redeterminaciones de precios. Anteriormente uno sabía que a los 30 días se estaban haciendo los depósitos y hoy pasaron a 60 ó 90 días de demora. Hay incertidumbre y no hay un calendario fijo para saber en qué fecha depositan el dinero”, expuso.

 

“El IPV está haciendo un esfuerzo enorme y se adelantan fondos propios para que no haya mayores costos. Es un gran trabajo interno porque hay que modificar partidas, ir sacando recursos. Hace un mes, en un lapso de una semana y media, cambiaron el discurso. Primero fue que el año que viene iba a haber recortes por esto del FMI. Hace dos semanas participé de la reunión del Consejo Federal de Vivienda y la mayoría de las provincias plantearon una queja ardua ante Nación, reiterando el pedido de los fondos y la previsibilidad. Cuando terminó la reunión del Consejo, el Secretario de Hábitat de Nación manifestó que había un compromiso del presidente para cumplir con el presupuesto 2018 y no quitar fondos de bienes de capital, que se traduce en obra pública; pero cuando salimos de la reunión la bolsa había caído, el dólar se había ido a 30 pesos, y todo ese discurso cambió”, señaló Vázquez.

 

Recordó que “el compromiso era sostener el financiamiento a las obras ya iniciadas pero los pagos no vienen en el momento que tienen que venir. El IPV hace un gran esfuerzo para llevar adelante la cantidad de obras que ha emprendido esta gestión, para no tenerlas frenadas, porque es trabajo local y a la gobernadora le interesa mucho”, subrayó.

 

Sin embargo “a la fecha la deuda es de más de 280 millones y esto va cambiando porque a veces entran depósitos semanales. En muchos casos hemos adelantado fondos. En la mayoría de las obras que tenemos el IPV ha adelantado fondos propios. Es un arduo trabajo el que hay que hacer para mantener la cadena de pagos y el movimiento de las obras, para que no se caigan. Hace dos semanas firmamos la urbanización del barrio Colombo y ya se estaba trabajando en la infraestructura. La empresa con la que firmamos tiene otra obra del IPV y pudimos acordar pagar el anticipo financiero en dos cuotas, por la voluntad de la empresa. Después pudimos pagar todo, pero tuvimos que negociar el pago en cuotas hasta que lleguen los fondos comprometidos de Nación”, citó como ejemplo de los inconvenientes que está acarreando la demora en las transferencias.

 

“Para la próxima temporada tenemos muchos proyectos que hemos presentado y estamos trabajando en algún mecanismo nuevo que podamos organizar desde la provincia para llevar adelante las obras sin depender de la Nación”, concluyó.

 

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