Jaurías al acecho: "Por la nieve, los perros asilvestrados han bajado de la montaña", explicó De Antueno

Planteó que ya “hicieron un desastre en la zona rural y ahora hay que eliminar la presencia de estos animales asilvestrados en la zona urbana”, al tiempo que recordó las leyes y ordenanzas vigentes, que prohíben la existencia de perros sueltos.

Consideró que el programa de tenencia responsable no alcanza, porque “ahora el paradigma es que el perro se debe castrar y puede estar suelto. Esto ha llevado a que el perro se vaya a la zona rural porque en la ciudad no encuentra alimento, y el problema se ha generalizado en todo el territorio de la provincia”, sostuvo.

“La castración se evita la reproducción exponencial, pero un can castrado en la calle sigue haciendo las mismas cosas que un perro no castrado. Muerde, defeca, disemina parásitos. Este problema hizo eclosión ahora por la mordedura a una persona que se salvó de milagro de que la mataran. A esto hemos llegado, y ya no sé si estamos a tiempo de cortar esto para que no ocurran otros hechos desgraciados”, manifestó.

Explicó que “en Ushuaia, todos los perros asilvestrados que están en la montaña y se alimentan de carroña o de lo que pueden, han bajado por la nieve y están en la ciudad. Cualquiera que camine por la ciudad va a ver jaurías, no de perros chiquitos, sino de perros que atemorizan. Por no haber hecho las cosas a tiempo, ahora las autoridades tienen que salir a ver cómo solucionan un problema que es casi insoluble, por la gravedad que tiene”, expuso, sin minimizar el riesgo para la población.

De Antueno puso a disposición el asesoramiento de los profesionales del consejo. “Hoy somos cerca de 80 veterinarios en la provincia. Nosotros hablamos del problema, hacemos asambleas y recomendamos a las autoridades lo que se debe hacer para que estas cosas no ocurran. Nos ofrecemos gratuitamente a colaborar con nuestra experiencia y trabajar con el estado municipal y provincial en lo que consideren necesario, en cualquier área que haga a la salud pública”, dijo.

Mencionó que ya habían elevado proyectos de convenio “y hasta ahora no tuvimos suerte para llevar adelante el plan. El resultado es que los perros se comen a los caballos, como ha ocurrido en Ushuaia, y muerden a la gente. Todavía no mataron a nadie y espero que esto no nos ocurra”.

“El perro en jauría es un peligro total”, enfatizó, separando por un lado la necesidad de sacarlos de la ciudad, como también de implementar otra política con los perros sueltos en general.

“El problema ya está, no es que lo vamos a tener dentro de unos años. Es muy serio y hay que combatirlo rápidamente”, instó, y afirmó que si bien “los castores ya han hecho un desastre ecológico indescriptible, lo de los perros va a ser absolutamente peor”, por estar en juego las vidas humanas.

“Hay que capturar todos los perros sueltos, tanto en la zona urbana como rural. Luego el estado los tendrá a su cuidado y, de acuerdo a la legislación vigente, verá lo que hace. Lo primero es sacar los animales de la calle y ponerlos a resguardo en algún lado”, sentenció.

“Los perros que no tienen dueño, no pueden estar en la calle, y eso es responsabilidad de los municipios. Venimos atrasados 40 años y todas las áreas del estado deben ponerse de acuerdo a partir de ahora. Los profesionales indicarán lo que se debe hacer, se presupuestarán esas tareas y hay que darles presupuesto a los encargados de ejecutar las leyes y las ordenanzas”, concluyó De Antueno.